Hace poco más de dos años, allá por Noviembre de 2018, en una acalorada conversación telefónica con una alta funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, a quien le había llegado mi reclamo cargado de frustraciones sobre la imposibilidad de viajar a Europa con pasaporte uruguayo a pesar de tener carta de ciudadanía por más de 10 años, y quien me insistía que en ese caso debería hacerlo con el pasaporte de mi país de nacimiento, yo le preguntaba: “¿Qué sucedería si yo fuera un parlamentario uruguayo al que invitaran desde cualquier país del Espacio Schengen en un viaje de trabajo? Su respuesta, ácida y cortante fue con la pregunta: “¿Usted quiere decir que hay ciudadanos de primera y de segunda clase en el Uruguay?”. Mi respuesta, también ácida y cortante, fue: “Usted lo ha dicho”. Así de molesto me sentía en aquel momento.
Por suerte, los tiempos han ido cambiando y vemos señales auspiciosas en muchos ámbitos. Una de esas señales fue la juramentación como Diputada Nacional de la Representante Angelina Vunge, una joven activista y escritora uruguaya, nacida en Angola, quien llegó a este país hace 21 años “con su ropa, sus historias y sus marcas en la piel“, según sus propias palabras.
La historia de Angelina es, primero y ante todo, una historia de superación. Sobrevivir a una guerra civil siendo una niña y adolescente en un contexto rural hostil y arrasado por un largo conflicto armado, emigrar al otro lado del Atlántico sin otros recursos que la determinación propia y una mano amiga, son partes de una conmovedora historia que seguramente inspirará a muchas personas que sufren las miserias de otros y que ven en el Uruguay a un país de futuro.
Felicitaciones, diputada!
Referencias: Las principales fuentes consultadas para escribir este post fueron: “Nació en la Angola rural, sufrió una guerra y violaciones; hoy es diputada en Uruguay” (Telemundo), “Angelina y su mensaje por la vida” (El País) y “Vivir para Contarla” (Montevideo Portal).